La exploración de la ingenuidad

espiritualidad

Es normal que las personas repitan frases sin prestar atención a su significado.

 

A menudo nos menospreciamos cuando repetimos dichos populares.
Pero hay algunos dichos populares que son terriblemente perversos.
Por eso siempre es bueno analizar lo que vamos a decir antes de decirlo.

Aquí mencionaré algunas de las que nunca debemos repetir: ¡
Para bajar, todo santo ayuda! Esta frase es claramente de origen protestante y tiende a menospreciar a los santos de la Iglesia católica. La idea aquí es burlarse de la fe de los católicos, pero quien inventó este dicho fue engañado e inducido a ofender a Dios mismo, atrayendo la ira de Dios sobre sí mismo y sobre quien lo repite, porque no conoce las Escrituras donde Dios mismo dijo: santos como yo soy santo! Así, decir que cuesta abajo todo santo ayuda, implica decir que un santo no puede ayudar en absoluto y con eso, el Creador que es tres veces santo se ofende directamente. Además, el católico que pronuncia esto niega la Comunión de los Santos que está contenida en el Credo.

Otra gama de frases venenosas son las que usan el nombre de María:
maria va con las demas, maria cebolla, maria gasolina, maria stinky, etc. Estas frases fueron creadas intencionalmente para llegar a la Virgen María, madre de Jesucristo, es decir, madre de Dios, ¡porque Jesucristo es Dios! Ingenuamente, queriendo volver a ofender a la Iglesia católica, ofende a Jesucristo, porque ofende a su madre. ¿Qué harías si alguien se atreviera a maldecir a tu madre? Esto deja a las personas, especialmente a las que lo hacen por perversidad, en una situación muy complicada ante Dios. Porque cuando morimos, nos presentamos ante Jesucristo, y allí el Diablo disputará nuestra alma, presentando nuestra culpa a Dios. También llamamos a María nuestra abogada, porque ante su Hijo ella intercede por nosotros (recuerda el Ave María: ... ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte ...) y su hijo que es Jesús,quien es Dios, lo escucha y no deja que el diablo lleve nuestra alma a la perdición eterna. ¡Es muy ingenuo y muy tonto ofender a la Madre de Dios!